Días atrás, Cereales Don Victorio cumplió 30 años de actividad ininterrumpida. Una empresa pellegrinense que creció a fuerza de trabajo ordenado y responsable de la familia Moro.
El 1° de Agosto de 1988 nace Cereales Don Victorio pensada por Victorio Moro, quien a fines de los cincuenta comienza con las contrataciones rurales y la producción agropecuaria junto a su hijo mayor, Lelio Moro.
Después de una década se incorpora su hijo menor, Rubén Moro. Esa firma pasa a llamarse Victorio Moro e Hijos en los años setenta.
Con el fallecimiento de Don Victorio la firma se convierte en Lelio y Rubén Moro.
«El sueño de mi abuelo fue llegar a tener una planta de silos. Luego de su deceso, sus hijos la crearon, hace treinta años ya”, narra con orgullo Liliana Moro, la actual titular de la firma Cereales Don Victorio.
Ella se incorporó a la empresa en 1990, debió dejar la docencia, profesión que le apasiona; y en 1999 asume la gerencia. Lili cuenta que “fue difícil para una mujer en esa época….todo un desafío. Hoy, acompañada por mis tres hijos, comenzamos una nueva etapa. En la actualidad, Cereales Don Victorio es una empresa donde realizamos todo desde la siembra hasta la
comercialización. Uno de mis hijos está a cargo de la producción agropecuaria, otro está abocado a la planta de silos, y la última incorporación que es mi hija, está a en la administración”.
En la empresa “tenemos una variedad de negocios que son el transporte, la venta de insumos, semillas, y demás. En la medida que vaya creciendo, genera nuevas fuentes de trabajo para la comunidad pellegrinense”, indicó.
“Hacemos lo que nos gusta. No es fácil, porque es una empresa de familia pero con respecto a eso se aprende todos los días; hay que ir escribiendo el libro de la vida. Estamos enormemente agradecidos a todos nuestros clientes por la confianza depositada en esta empresa, y aseguramos continuar trabajando de la mejor manera”, finalizó Liliana.
POR MUCHOS AÑOS MÁS DE ÉXITOS…¡FELICIDADES!





































