el diario de Carlos Pellegrini

“ME LLAMAN CALLE”, UNA ASOCIACIÓN CIVIL SOLIDARIA QUE LLEVA COMIDA Y ATENCIÓN A QUIENES MÁS LO NECESITAN EN ROSARIO

La Asociación Civil “Me Llaman Calle” está compuesta por un grupo de personas de Rosario, junto a colaboradores de distintos lugares del Departamento San Martín, entre ellos una pellegrinense, que se unieron con un mismo propósito: llevar alimento y contención a personas en situación de calle en la ciudad de Rosario.

 

Tres veces por semana, los voluntarios recorren las calles del centro con ollas llenas de comida y corazones dispuestos a brindar mucho más que un plato caliente.

Ximena Ascre, una de las fundadoras de esta asociación civil sin fines de lucro, explicó que el proyecto nació del compromiso de seis amigos y hoy reúne a más de 140 voluntarios.

“Hacemos tres recorridos por semana en el centro de Rosario. Lo hacemos caminando, con un carro y dos ollas. Hace más de tres años y medio que salimos a ofrecer la cena a personas en situación de calle. Nuestro objetivo principal es generar un vínculo, intentando devolverles un poco de ese contacto humano y fraternal que con los años fueron perdiendo”, contó.

Para Ximena, el abrazo, la charla y la escucha son tan importantes como la comida que entregan. “Nos acercamos con la olla, pero también con el corazón. Muchas veces lo que buscan no es sólo la cena, sino ese mimo de sentirse acompañados”, expresó.

La Asociación no recibe subsidios ni ayuda estatal. “No tenemos banderas políticas ni religiosas. Todo lo que hacemos es gracias a las donaciones de particulares, amigos y familias. Colaboramos con merenderos, comedores y otras ONG siempre que el trabajo sea desinteresado y por el bien de quienes no tienen contención”, agregó.

Durante su relato, Ximena también destacó la participación de personas de distintas localidades del Departamento San Martín que se sumaron a esta causa solidaria. “Entre quienes colaboran se encuentra la pellegrinense Luisina Giacomino, que siempre está presente apoyando cada iniciativa, junto a otros voluntarios del departamento que también se fueron sumando con mucha entrega”, señaló.

Cada semana, entre 750 y 800 personas reciben su ayuda. Son en su mayoría personas que viven en la calle o que, pese a tener una vivienda precaria, se acercan al centro para compartir ese momento de encuentro. “Muchos abuelos se acercan buscando no solo la cena, sino también ese mimo y una charla que los haga sentir acompañados”, relató Ximena.

Las comidas se preparan los lunes en el Club Gimnasia y Esgrima de Rosario, y los jueves y domingos en el Colegio San José, en Tucumán 1922, donde también funciona Cáritas María Auxiliadora. Actualmente, la Asociación trabaja para conseguir un espacio propio, ya que no cuentan con lugar para almacenar alimentos, herramientas y utensilios que utilizan en las recorridas.

Todas las personas a las que ayudamos tienen una realidad muy dura. Cada historia es una ventana a un mundo que pocos pueden comprender. No son películas, son vidas reales a la vuelta de una esquina”, reflexionó.

Finalmente, Ximena destacó que el proyecto nació del deseo de transformar un entorno “endurecido, opaco y ahogado”, y que muchos de los fundadores vienen de familias donde ayudar siempre fue un valor. “Lo maravilloso de ayudar a otros es que se aprende: no se nace, también se hace”, concluyó.

🔹 Quienes deseen colaborar con Me Llaman Calle pueden hacerlo mediante el alias me.llaman.calle.org

🔹 Para comprar números de la rifa solidaria, ingresar en https://mellamancalleorg.mitiendanube.com/


Cada olla, cada abrazo y cada palabra compartida en la calle son una forma de recordar que la solidaridad no necesita grandes gestos, sino corazones dispuestos. En cada recorrido, “Me Llaman Calle” demuestra que un pequeño grupo de personas puede hacer una diferencia enorme cuando la empatía y el compromiso son el motor de cada acción.